jueves, 7 de junio de 2012

Hasta siempre, Míster.





El mundo del fútbol, como la vida misma, tiene sus días buenos y sus días malos, hoy es sin duda uno de los peores días para cualquier seguidor del deporte rey, por lo menos para mí lo es.
Esta mañana al enterarme de la noticia, sentí un dolor dentro de mi corazón, ¿Manolo?, no puede ser, se habrán confundido, pensé.

Iluso de mi, como se van a confundir en una noticia de esas, era él, un maldito infarto se le llevaba por delante, que tristeza he tenido todo el día, yo, que solo le conocía de verle en televisión, leerle en prensa o escucharle por las diferentes emisoras de radio, le tenía un cariño como le puedes tener a cualquier tío tuyo o cualquier vecino que sabe por dónde anda y que piensa lo mismo que tu casi siempre.

Ese era para mí Manolo, el entrenador que nunca tuve y que me hubiera encantado tener, el maestro que hablaba claro a todo el mundo, el que nunca se creyó más que nadie a pesar de ser un magnifico entrenador, el que tuvo una movida con el entrenador de moda del momento y a pesar de tener aquel día razón, salió a dar una rueda de prensa para pedir perdón, sabía que muchos niños habían visto lo que las televisiones quisieron poner, y a él esas historias, le comían por dentro, por eso creyó que había que acabar con aquello cortando por lo sano, pidió perdón y no se volvió a hablar más del asunto.
El día que le escuché aquella entrevista para canal +, donde en vez de arrugarse por lo mal que se había portado la vida con él, contestó de una forma que me enamoró. “Siempre habrá gente que este peor que tu, por eso hay que disfrutar día a día, porque aquí estamos de paso y no sabes cuándo te puedes ir…..”
Qué razón tenías míster. Hoy el mundo del fútbol te llora amargamente, porque tíos tan campechanos como tu calan hondo, porque la forma de saludar a los jugadores contrarios y entrenadores rivales, delatan a una persona, porque aparte de saber ganar, sabias perder, cosa que muchos no han llegado a aprender a pesar del paso del tiempo. Por todo eso y por muchas cosas más que me quedo en el tintero, desde aquí te digo: “Hasta siempre, míster”, hasta siempre Manolo.

Foto: Wikipedia.